¿Alguna vez sentiste que te equivocaste con alguien? ¿Qué dejaste pasar la oportunidad? El momento se fue, el tiempo pasó, ya no está ahí. Y meses, años después te volvés a encontrar. En una cena. En la calle. Te mirás. Hablás un rato. Y te dice algo como: “vos desapareciste” “me quedé esperándote” “yo estaba solo”. Te preguntás qué pasó. Qué pensabas vos en ese momento. Por qué motivo estúpido o justificado en esa situación miraste hacia otro lado. Tal vez fue un impedimento cierto, o un malentendido, una pieza que faltaba, una información que se traspapeló. Y lo volvés a mirar. Y lo ves igual, pero distinto. Lo ves mejor. Hubiese podido ser. Debería haber sido. Te apenás. Porque seguramente el interés se fue, las ganas, el calor. Dicen que si tiene que ser va a ser. Pero claro, tal vez tenía que ser y no fue. Y ahora tal vez ya no será. También dicen que las oportunidades pasan una vez. Quién sabe. Igual, uno no puede dejar de preguntarse. ¿Y si…?